miércoles, 15 de octubre de 2014

Ante actitudes retrógradas y guerra sucia, solo más trabajo.


Una de las cosas más difíciles de masticar en la vida política es el ser blanco de la “guerra sucia” y seguir adelante. Como nunca antes en esta elección 2014 los partidos de la derecha en su desesperación y su evidente falta de valores y principios ejemplares arremetieron con su “guerra sucia” fraguando datos, tergiversando la información, difamando y mancillando a este candidato con las acusaciones más inverosímiles que se les pudo haber ocurrido. Intentando ser astutos desplegaron decenas de miles de panfletos desde el anonimato y a pocos días de la elección. Recibí muchas llamadas alertándome del desarrollo de esta estrategia de los partidos de la oposición, pero el verdadero impacto lo sentí cuando tuve en mis manos por lo menos tres versiones de estos panfletos y es en ese momento que uno intenta articular una respuesta a tremenda agresión entre la rabia, la indignación y el cansancio de más de diez semanas de lucha electoral. Y la respuesta no es una novedad: es aconsejable no dar relevancia a ese tipo artificios por que el resultado sería propagar algo que no merece ser siquiera conocido, ¡qué difícil! Pero aun así lo que se aprende muy rápido en política es que la fuerza de la convicción posibilita que sigas adelante aun cuando la adversidad es grande, que la opción de rendirse sencillamente no es una opción y que la magnitud de los desafíos requiere sacrificios y los asumimos el día en que decidimos luchar desde este lado de la historia, y terminamos dando todo nuestro esfuerzo hasta el último día, esperando pacientemente que la verdad salga a flote y triunfe. Es reconfortante ver que esa verdad no tardó en llegar este 12/10 y que cerca de la mitad de hombres y mujeres de esta circunscripción está con nosotros y no con la infamia, que la gran mayoría de nuestros vecinos y vecinas no permitirá que la política sea de cobardes deshonestos.

Javier Zavaleta