lunes, 15 de noviembre de 2021

El diario Página Siete miente.

 


Nuevamente he sido blanco de un ataque artero sustentado en mentiras.

Los mismos medios de comunicación, nuevamente publican falsedades con el único objetivo de socavar la credibilidad de las personas.
No es la primera, y seguramente no será la última vez que estos medios tergiversan los hechos para sostener su posición política o sus ataques a quienes ellos consideran sus adversarios políticos, por éstas razones el lector deberá corroborar y verificar toda la "información" que en los últimos años ellos han publicado para no caer en el ambiente de la mentira que pretenden propiciar.
¿se disculparán por su grosería?
Y si lo hacen ¿será suficiente para reparar el daño que hacen?
No soy ni he sido asesor de Eva Copa. No entiendo que valía puede tener querer derrotar a tu adversario político a punta de mentiras. Tampoco entiendo a su desdichada conciencia que les lleva intentar armar una realidad sustentada en falacias. Realidad que al poco tiempo cae por su propia fragilidad.
Imagínense ustedes a las infortunadas personas que leen y creen en estos medios de comunicación y que terminan viviendo en un escenario irreal producto de las historias falaces creadas deliberada y maliciosamente por estos supuestos periodistas.
O imagínense a una persona inocente que no puede responder a un medio de comunicación como estos, y tiene que ver impávida como es desprestigiada, abusada, perseguida y acusada por mentiras salidas de un “medio de comunicación” que hace uso abusivo de su poder mediático. ¿es esto libertad de expresión?, ¿es esto seriedad, profesionalidad o responsabilidad en la comunicación?
¿Esa es la sociedad ideal que queremos?
Quieren que todos los bolivianos vivamos en una sociedad donde el que se compra un medio de comunicación tiene el derecho de perseguir y denostar a quien quiera por lo tanto hay que temerle, una sociedad en la que la mentira publicada en estos medios de comunicación sea la verdad para sus lectores o seguidores sin importar el daño que se le hace a alguien.
Quieren que creamos que esa perversidad es: libertad de expresión.

Yo me rehúso a creer que ésa es la sociedad ideal que estamos construyendo y creo firmemente en combatir esa práctica destructiva y deshonesta que nos quieren imponer un puñado de bribones desde algunos medios de comunicación.