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sábado, 12 de abril de 2025

Bolivia en el nuevo escenario internacional, una cuestión de desarrollo.

Una lectura critica del último artículo de Oscar Ortiz



El ex Senador y ex candidato a la presidencia Oscar Ortiz, citando a Eduardo Gamarra, ha publicado un artículo titulado: “pragmatismo estratégico frente a un nuevo orden mundial”, referido a la geopolítica en la que Bolivia está inmersa, y me ha parecido una gran provocación para un debate que ha sido eludido en la actual etapa pre electoral. Pero no es mi interés debatir con el Sr Gamarra, sino con Oscar por su condición de político experimentado.

El diagnostico al que se adscribe Ortiz inicia con una realidad que muchos compatriotas aún no la han dimensionado correctamente hasta el momento, esa realidad es que vivimos “una crisis muy grave” a nivel nacional e internacional, que además tiende a prolongarse y agravarse en el tiempo, con lo cual estoy de acuerdo. Sin embargo, posteriormente entra en el tema y caracteriza la nueva posición de los EUA sin mencionar la nueva disputa global por la hegemonía (según la definición de A. Gramsci) que se ha desatado entre ellos y China. Por un lado, hablar de un D. Trump que desarrolla una política internacional desideologizada, es desde mi punto de vista un reduccionismo gravísimo para un diagnóstico, acerca de un asunto que influirá decisivamente en nuestro futuro desde la perspectiva de la doctrina Monroe. La ideología de Trump es el motor del cambio de posición de EUA para con sus aliados y él exacerba la visión que tiene este país de la amenaza china. Esta es una puntualización muy importante debido a que, si revisamos la historia de la humanidad, cada vez que el imperio dominante ha visto su posición amenazada o pronostica su decaimiento, se desata una feroz contienda, contra las fuerzas amenazantes, que abarca indudablemente los territorios ubicados dentro de sus esferas de influencias (y Bolivia se encuentra dentro de una de las esferas de influencia).   

Ortiz acierta en el pronóstico de que, en las relaciones internacionales se verán “cambios profundos” en los próximos años, sin embargo, a la par de nuestra preocupación por los “dólares” como él dice, el fondo de nuestra preocupación debería ser el desarrollo futuro de nuestro país en un entorno internacional muy volátil producto de lo mencionado líneas arriba.

Nuevamente revisando la historia, vemos que Bolivia ha sufrido por varias décadas los efectos de una débil geopolítica nacional en medio de la guerra fría entre EUA y la URSS. En el contexto de una Nueva Guerra Fría entre EUA y China, nuestro acceso a dólares, inversiones extranjeras, exportaciones a mercados internacionales, la oferta de servicios como el turismo o el desarrollo de software, o a el acceso a financiamiento internacional dependerá de nuestra posición en esta disputa. Nos guste o no nos guste.

Entonces, el verdadero problema que enfrentamos es la ausencia de una estrategia nacional geopolítica para navegar dentro de una tormenta que se aproxima y que puede hundir nuestra embarcación, léase afectar nuestro desarrollo significativamente y por muchas décadas.

Es cierto que la sociedad boliviana vive momentos difíciles y su estado de animo nubla cualquier posible análisis en profundidad, pero la próxima elección nacional puede marcar el inicio del declive de Bolivia en el nuevo contexto internacional o el inicio de un nuevo e inteligente posicionamiento estratégico que nos evite sufrir los daños de un enfrentamiento global con consecuencias imprevisibles. Tomar este asunto a la ligera como lo hicieron los gobernantes de la segunda mitad del siglo XX sería un error histórico y el fracaso será un ruinoso desarrollo durante las décadas que dure la disputa global.

Por otro lado, en este espacio complejo, tenemos la distinción de contar como vecino y compañero de viaje, a una de las 10 economías más grandes del mundo: Brasil, que también juega sus cartas en este escenario, por lo que la ecuación no estaría completa sin considerar este factor.

Coincido con Oscar en la prospectiva de las características espinosas del nuevo gobierno 2025-2030 y esta es precisamente la razón por la cual el próximo presidente no puede permitirse trazar la nueva geopolítica boliviana dentro de las cuatro paredes de su sala de gabinete. Se requerirá, por primera vez en mucho tiempo, consultar a la población y tomar una decisión concertada entre distintas fuerzas políticas ya que los gobiernos posteriores deberán sostener esta decisión y planificar nuestro desarrollo futuro en ese nuevo marco. Es una decisión compleja en un momento de alta complejidad, pero se debe hacer, de lo contrario, sufriremos las consecuencias por un largo tiempo.

sábado, 5 de abril de 2025

MAS vs. Evo

El fondo de la disputa

La disputa alrededor de la sigla MAS-IPSP, se ha analizado cual si fuera una disputa por el control de una sigla, sin embargo, la realidad es otra.

Para un correcto análisis se debe recordar que, desde la década del ochenta del siglo pasado, los sectores populares han debatido acerca de la posibilidad de contar con una voz propia que los represente en la política nacional, es así que las grandes movilizaciones indígenas coinciden con los congresos campesinos en la necesidad de su participación orgánica en eventos electorales, es decir que aparte de la representación política, se buscaba un vínculo orgánico permanente con la base. Para esto, era necesario que estos sectores cuenten con una supra organización que aglutine las distintas organizaciones sociales existentes y encare la articulación de una visión de país que refleje sus aspiraciones.

A estos sectores empobrecidos accionando su organización y su proyección se les llamó el “Movimiento Popular”. A la supra organización, que en realidad es el “Bloque Popular” se le denominó “estado mayor del pueblo” y luego “CONALCAM”. Finalmente, a su visión de país se le llamo el “Proyecto Histórico” el cual planteaba una “revolución democrática y cultural”.

De este modo, el Movimiento Popular con un Bloque Popular ya organizado concluye una agenda política producto de su Proyecto Histórico, donde se establece la necesidad de contar con un instrumento político que a modo de partido tercie en los distintos procesos electorales. Luego de varios años se consolida ese instrumento como MAS-IPSP. Este nuevo instrumento traza su plan de gobierno al que le denomina “Proceso de Cambio”, y el hecho de que este partido hubiese ganado varias elecciones con altas votaciones durante dos décadas, da muestra de la solidez del concepto y su éxito en sus gobiernos entre el año 2006 y 2019 dan cuenta de su viabilidad. De esta manera los sectores populares lograron construir un sistema social y político muy eficaz, no un simple partido.

En todo este proceso, se adhirieron al partido personas que, desde otros orígenes, coincidían con los elementos del sistema, pero también se sumaron personas con intereses personales venales que sumado al crecimiento permanente del sistema, traía consigo nuevos desafíos y conflictos al interior y los liderazgos no siempre reaccionaron con prontitud y eficiencia ante ellos.

Hoy Luis Arce y sus seguidores creen haber subordinado al movimiento popular a sus intereses personales usurpando la sigla MAS. Pero ellos no han habitado dentro del Movimiento Popular, no se organizan dentro del Bloque Popular, no conocen el Proyecto Histórico y tienen una lectura distorsionada del Proceso de Cambio, y aun así insisten en intentar conducir todo este sistema cuyas raíces datan de hace más de cuatro décadas atrás con prácticas que están aceptadas y asumidas por la población que pertenece a estos sectores.

Entonces la disputa es un asunto complejo, no es por la conducción de un partido, es por la conducción de todo un sistema con todos los elementos que la componen.