Un país embaucado
Introducción
La fuerte Crisis de Estado en la que está sumido el Estado Plurinacional de Bolivia, sitúa al nuevo gobierno en una delicada situación muy difícil de resolver, más aún con una ALP atomizada entre los diferentes grupos que tienen representación parlamentaria. La condición del partido y la alianza del nuevo presidente va dando muestras de fragilidad desde muy temprano, tanto a nivel de su bancada, de la dupla y de la coalición que gobernará, lo que incrementa la sensación de incertidumbre en la prospectiva. La crisis de Estado en la que el país está sumido se conduce sobre una profunda desinstitucionalización y en un entorno de crisis económica de magnitud, lo que afecta el normal desenvolvimiento de la mayoría de las instituciones del Estado. Si bien esta crisis tiene sus orígenes en varios años atrás, esta ha sido exacerbada en la gestión del mandatario saliente, lo cual convierte en primordial, el escrudiñar en los pormenores de la gestión de LAC.
Capítulo 1. Luis Arce Catacora.
Licenciado en Economía, trabajó en el BCB casi por dos décadas y antes de ser presidente del Estado fue el Ministro de Economía y Finanzas Pública por once años, del gobierno de Evo Morales Ayma (EMA). Arce gana las elecciones generales de 2020 con la sigla MAS-IPSP y gobierna el país desde el 8/11/25 por cinco años.
Inmediatamente posesionado en el cargo de presidente deja entrever su estilo personal de gobierno. La confianza en su formación académica, sus años de experiencia en la administración pública y su contundente victoria electoral, le hicieron pensar que reunía los requisitos para gobernar con tranquilidad y solvencia. Es así que encara su gestión con poca planificación y descartando la ayuda o el auxilio que le podrían otorgar los cuadros políticos y sociales que acompañaron al MAS-IPSP entre los años 2006 y 2019, desdeñando la experiencia acumulada que le podría aportar conocimiento para enfrentar los desafíos recurrentes. Pese a todas sus credenciales también quedaba claro su mínima y exigua experiencia en la primera línea de la acción política. Estos dos factores serían los que evidenciarían el verdadero talante del presidente durante sus años de mandato. No se le conocen decisiones estratégicas sustentadas que se hubieran desarrollado con éxito en su presidencia. Pese a contar con todo el aparato del Estado y un discurso provocador de “renovación de la izquierda” no aportó ninguna certeza respecto a esta supuesta “nueva corriente de pensamiento” y por el contrario tampoco profundizaba el pensamiento del Proyecto Histórico del MAS-IPSP. Finalmente, la esperanzadora idea del año 2020, de que gobernaría uno de los mejores economistas del país, naufragó tempranamente en el segundo año de su gestión, cuando quedaba claro que no atracaban las soluciones a la crisis económica y, por el contrario, ésta se acrecentaba sin freno. Sus debilidades fueron consolidándose de forma inexorable a lo largo de los cinco años, sin embargo, no se tiene registro de acciones que intenten, de forma planificada, rectificar, corregir o reparar los estragos de su estilo de gobierno. Su desprecio por la política fue evidente a lo largo de su mandato.
Capítulo 2. El declive del gobierno.
El ambiente político nacional estuvo marcado los últimos cinco años, por ocho factores trascendentales (AdeC.EA-100). Como sucede en gran parte de las sociedades modernas, es el gobierno de turno el que determina la agenda nacional y Bolivia no fue la excepción, sin embargo, en nuestro país esta agenda estuvo marcada por el declive del gobierno de LAC con las consecuencias que esto significa. Es un declive constante que no se ha detenido a lo largo de sus 5 años de gestión, sus índices de aprobación en la población son extremadamente bajos, y se evidencia que su estrategia de gobierno no ha variado y sus tácticas aplicadas no han tenido el éxito que él hubiese querido. No obstante, es la persecución sistemática a Evo Morales su principal característica, que además ha modificado el escenario político – electoral de forma determinante.
LAC llegaba al poder con un amplio apoyo electoral (3.39 millones de votos que hacen el 55.11% del electorado), se constituía en la esperanza ciudadana del inicio de un momento de consolidación de un nuevo orden que estabilizaría al país a partir de una adecuada lectura de las demandas, aspiraciones e inquietudes del conjunto de la sociedad boliviana, además de promover una correcta interpretación del nuevo momento que vive el mundo, sin embargo, esto no sucedió. Por el contrario, LAC y DCC fueron más bien representantes de los síntomas de la Crisis de Estado, extendiéndola por los cinco años de su gestión y profundizándola a un nivel histórico.
Llegaba a la presidencia aupado por el partido más grande de los últimos años, un partido inmerso en el denominado Sistema Popular (SISPOP) liderado por EMA. La victoria electoral del 18/10/20 no habría podido ser posible sin la conjugación acertada de todos los elementos de ese sistema, es decir:
• Sectores populares movilizados por los estragos económicos causados por la pandemia y por el abuso y opresión de un gobierno insensible y antipopular.
• El bloque popular re articulado.
• Un proyecto histórico legitimado ante el fracaso del proyecto de las derechas.
• El instrumento político que volvía a contar con su líder EMA.
• Y un proceso de cambio remozado con un discurso economicista anti crisis.
Aun cuando estaba claro que los principales defectos producto de la descomposición al interior del SISPOP no habían sido superados, esta votación significó un grito de esperanza y una desesperada voluntad colectiva de superar el decrepito estado de situación interno y externo. Es decir, existía disponibilidad social para encarar un salto hacia adelante. LAC pese a su larga trayectoria como servidor público nunca participó en la primera línea del análisis, del debate o de la acción política ni del Movimiento Popular, ni del Bloque Popular, ni del Instrumento Político, por decisión propia. Por lo tanto, sus recursos eran manifiestamente insuficientes. El MAS-IPSP lo propugnó, en el entendido de que el sistema en su totalidad podría suplir sus falencias personales y actuar como complemento para afianzar el Proyecto Histórico y el Proceso de Cambio. Sin embargo, LAC y su equipo equivocaron el diagnóstico y la suposición de que la sola imagen del candidato le había otorgado la victoria electoral fue el principio del declive de su gobierno. Su pobre raciocinio político hizo que este diagnóstico equivocado lo acompañara durante toda su gestión marcada por varios elementos centrales (las constantes) que sellarían su pronunciado declive. Estos elementos del declive se constituyen en momentos donde la fuerza de estos hechos ha propiciado veracidad respecto a la caída de la confianza, la credibilidad y la legitimidad del presidente y su gobierno.
Analizando los elementos centrales de la gestión, podemos establecer el perfil general del gobierno, objeto del presente documento.
La disputa interna.
La retórica truncada de la “renovación”.
Desde el inicio de la gestión en 2021 comienza a extenderse dentro de las instituciones dependientes del gobierno, la idea de una renovación al interior del MAS-IPSP. Pero es en el año 2021 que se manifiesta públicamente este concepto a través de funcionarios de 3º nivel como los viceministros Fredy Bobarin, Juan Villca y Hugo Moldiz, los cuales intentan posicionar en el debate público la nueva visión de “renovación” que LAC significaba luego de la victoria electoral de 2020. Los hitos de este elemento son: La apropiación por el arcismo de la sigla; las fuertes acusaciones y movilizaciones contra LAC; la persecución judicial contra EMA; y finalmente la proscripción de EMA. El discurso renovador se caracterizaba únicamente por el intento de relevo y destitución del líder del instrumento político del movimiento popular EMA, posición que se mantiene hasta el día de hoy. Esta situación ha generado una reacción de parte de EMA y sus allegados de forma vehemente al punto de convertirse en la principal fuerza opositora al gobierno. Estas posiciones generaron la conformación de dos corrientes políticas: el evismo (EVI) y el arcismo (ARC). Finalmente, LAC logró separar del escenario electoral a EMA, materializando una victoria histórica para las derechas bolivianas y extranjeras, lo cual modificó sustancialmente el escenario político permitiendo el triunfo de RPP (centroderecha) en las elecciones generales. Pese a la difundida argumentación de la reelección de LAC, este no mostró interés alguno en mantener su candidatura, cediéndola a un cuadro de menor nivel y, como era de esperarse el MAS-IPSP ya en manos del ARC cosecho una aplastante derrota (apenas alcanzó el 3% de la votación nacional).
Los hitos de este elemento son: La apropiación por el ARC de la sigla; las fuertes acusaciones y movilizaciones contra LAC; la persecución judicial contra EMA; Intento de asesinato a EMA el 27/10/24; Caso: consorcio judicial que involucra a ex ministro Siles; y finalmente la proscripción de EMA.
Bajo un diagnóstico equivocado, LAC desató un temprano enfrentamiento contra EMA por la candidatura 2025-2030. La constante alusión a la “renovación” que se da en los pasillos del gobierno desde el año 2021 y la posterior postulación de esta idea de forma pública, removió las aguas al interior del MAS-IPSP de forma inusitada. De forma unilateral y voluntaria el gobierno inicia una campaña para posicionar en el debate público la nueva visión de “renovación” que LAC significaba para el Movimiento Popular, esto fue interpretado y luego corroborado como la sustitución de EMA como presidente del MAS-IPSP y el apuntalamiento de LAC como próximo candidato presidencial (2025-2030), sin embargo, luego de 4 años de estas especulaciones el ARC no profundizó ni asentó una retórica coherente acerca del significado político e ideológico de aquello. Únicamente se materializó la intención de relevo y destitución del líder del Instrumento Político del Movimiento Popular: EMA. Este comportamiento que lideró y promovió el presidente, generó una reacción infortunada de parte de la militancia que vio en esas palabras un intento de división del partido, lo cual forjó una profunda desconfianza de la propia base partidaria que había llevado a LAC al gobierno tildándolo de desleal. Se daba inicio a la disputa interna. Y durante los siguientes años EMA consolida un discurso de oposición al gobierno desde el campo popular. Esta oposición termino siendo mucho más efectiva que la de las derechas al punto de alejar casi a la totalidad del electorado de LAC, del gobierno y de sus políticas. En una clara miopía política el gobierno se quedaba sin base social.
El desgobierno.
La inacción presidencial.
Durante la gestión 2021 y 2022 se expuso una invariable ausencia de LAC en debates y en la palestra pública la cual fue justificada por sus portavoces con los slogans de: “nosotros somos académicos no políticos” y de “hablamos poco, pero hacemos mucho”, slogans que el presidente utiliza hasta el día de hoy. Ante este silencio presidencial varios funcionarios de segundo y tercer nivel tomaron la palestra pública con evidentes contradicciones, improvisaciones e inconsistencias. El vocero presidencial Jorge Richter intenta suplir este vacío, pero con poca efectividad hasta su renuncia estruendosa el 6/6/24. El desgobierno asomaba en la gestión de LAC. Esta táctica del presidente fue cambiando desde el año 2023 a fuerza de los acontecimientos cada vez más adversos a su gobierno. Así el presidente asume su propia vocería en un afán de transmitir seguridad y certidumbre a la ciudadanía a través de constantes mensajes a la población de forma televisada y en sus redes sociales.
Los hitos de este elemento son: Tipo de cambio preferencial del 8/2/23; Compra de dólares con cripto monedas; Asonada militar; Referéndum anunciado; Intento de aprobación de contratos de Litio.
Producto de un pobre raciocinio político desatendió la política misma y se privó de un equipo político que supliera al que ya repelía en la disputa interna, y sin equipo que supliera sus falencias políticas se encapsuló en la burocracia inerte de la administración pública. El silencio presidencial de 2021 y de 2022 traducido en la ausencia de LAC en debates y la palestra pública, ha tenido su costo en la imagen personal de LAC y de su gobierno. Los slogans de: “nosotros somos académicos no políticos” y de “hablamos poco, pero hacemos mucho”, con los cuales se intentó justificar la no presencia de LAC, fueron lapidarios. Una confesión de que un presidente no es político es revelar su ilegitimidad ya que es la política la que conduce y gobierna a las sociedades y no así la academia. Por otro lado, un presidente que “habla poco”, debe estar acompañado de una agenda muy nutrida de acciones que permitan suplir su falta de comunicación, lo cual no sucedió. En un escenario de inicio de la disputa interna, recrudecimiento de la crisis económica y sin mayoría parlamentaria, el silencio presidencial era un gran sinsentido, pero el gobierno lo creyó pertinente. Los varios funcionarios de segundo y tercer nivel que tomaron la palestra pública, solo comunicaron más desconcierto, incertidumbre e incapacidad de resolver los principales problemas que enfrentaba Bolivia, manifestando el nivel elevado de desgobierno en el OEJ, lo cual sería difícil de corregir en adelante y se constituiría en el signo del gobierno en todos los niveles y áreas. Pero es a partir de que LAC asume su propia vocería a través de diferentes mensajes al país que se va desnudando su propio talante. El presidente no comprendía o no le interesaban los verdaderos problemas que tenía él y el país, y no sospechaba de los orígenes o causas de estos. Y ante esta manifestación sus mensajes eran cada día más vacuos. De forma consciente marcaba la agenda política con un escape hacia adelante (incluso con acciones que pueden ser denominadas como: terrorismo de Estado) que profundizaba las malas condiciones en las que se encontraba el país y su población. No lograba articular un plan que permita darle soluciones, ni estructurales, ni momentáneas, a la situación y esta se fue agravando mientras el presidente se hundía en la inacción. Su pobre raciocinio político sumado a un equipo de aduladores de bajo nivel político e ideológico, acabó por convertir al gobierno en infecundo, lo que terminará por promover la escalada del descontento ciudadano.
Corrupción y narcotráfico.
Los valores trastocados.
Las múltiples denuncias realizadas por parlamentarios de la bancada del MAS y del propio EMA respecto a actos de corrupción diversos de personas allegadas a LAC trascendieron también a nivel internacional. Sin embargo, la respuesta del gobierno a estas denuncias siempre fue la misma: acusar a los denunciantes de intento de desestabilización y bloquear cualquier tipo de investigación independiente que aclare los hechos. Aun así, varios funcionarios del gobierno tuvieron que renunciar ante la contundencia de las pruebas de corrupción que los involucraban. Los niveles de corrupción abarcan a redes estatales de protección al narcotráfico que se dejaron en evidencia en la utilización de aeronaves del Estado para tráfico de drogas con la complicidad de policías y funcionarios de aeropuertos y la aerolínea bandera, las denuncias de colusión entre el Ministerio de Gobierno, policías y narcotraficantes.
Los hitos de este elemento son: 7 ministros que caen por denuncias de corrupción; El caso de narcotráfico a través de BOA; Las principales denuncias contra los hijos y esposas de LAC a nivel nacional e internacional; El caso Marset; Asesinato del policía Aldunate; La publicación del informe de WJP (proyecto justicia mundial) de corrupción; El caso Botrading en YPFB; y los procesos en EMAPA.
Ante las denuncias realizadas por diferentes actores políticos respecto a actos de corrupción diversos contra servidores públicos de diferente rango e incluso a la familia del presidente, se esperaría una investigación independiente para salvaguardar la legitimidad del gobierno, sin embargo, de forma sistemática LAC eludió cualquier investigación y simplemente no se dio ninguna respuesta satisfactoria al respecto. Ante tantas denuncias se manchó la imagen del gobierno con la sospecha de una corrupción institucionalizada y nunca se recuperó la iniciativa en la lucha contra la corrupción ni en la prevención, por el contrario, su actitud solo propició un ambiente propicio al desenfreno venal que emula a una cleptocracia gubernamental. Los 7 ministros que cayeron del gabinete de LAC por denuncias de corrupción es una señal clara del descontrol en el OEJ y el descalabro de la imaginada política anticorrupción. La ausencia de la organicidad de un partido que catalice este comportamiento agravó aún más la vulnerabilidad del gobierno al despojo. Finalmente, el gobierno de forma consiente decide actuar bajo otro sentido moral y ético e intenta desarrollar una nueva moral y una nueva ética donde el enriquecimiento personal, familiar y corporativo es una de las reivindicaciones de los servidores públicos, por lo tanto, su derecho, así lo manifestó el propio presidente al momento de justificar los millonarios créditos bancarios que recibieron sus hijos del Banco Ganadero (institución privada, pero con capitales estatales), desnudando el carácter del régimen.
La negación de la policrisis.
La evidencia de la ineptitud.
Durante el año 2023 y concretamente mediante entrevistas concedidas a diferentes medios de comunicación, LAC decide romper su silencio e inicia una serie de mensajes presidenciales e intervenciones públicas para negar la crisis económica que existía en el país. Todo el aparato comunicacional antes inerte, inició una agresiva campaña publicitaria para intentar posicionar en el imaginario de la población de que no se estaba viviendo ningún tipo de crisis, mucho menos una de características económicas. Incorporó a su discurso la propuesta de “industrialización” como política de reactivación de la economía y el desarrollo, pero desde la lógica anacrónica de una segunda revolución industrial. A medida que la crisis económica era más evidente LAC decide cambiar su retórica y acepta las “dificultades” económicas, pero, en sintonía con los discursos de las derechas, responsabiliza de las “dificultades” a los anteriores dos gobiernos, pero principalmente al de EMA del que él fue su ministro de economía paradójicamente. Respecto a la crisis institucional o Crisis de Estado, simplemente no la menciona. Según los acentuados discursos e intervenciones públicas del presidente y su equipo técnico más cercano se ha podido corroborar, las sendas contradicciones e insuficiencias en materia técnica de todos ellos. Esta retorica continuaría hasta el último momento de su mandato.
Los hitos de este elemento son: Entrevista a cadena A de LAC el 11/4/23; Conferencia de prensa de LAC el 14/12/23; Cinco discursos presidenciales en el aniversario patrio; Entrevista de Susana Bejarano a LAC el 31/8/24; y mensaje presidencial del 8/9/24; El intento de aprobación de los contratos del litio.
Rompiendo su silencio de dos años, LAC inicia una serie de mensajes presidenciales e intervenciones públicas para negar la crisis económica que existía en el país. La agresiva campaña publicitaria para intentar posicionar en el imaginario de la población de que no se estaba viviendo ningún tipo de crisis, genera una reaccion ciudadana negativa que hace evidente la baja de la popularidad del presidente y profundiza la disputa interna, ya que es EMA uno de los principales críticos al gobierno por la crisis económica y la corrupción. Con una crisis económica descontrolada, la poblacion hace escuchar su voz en las calles y carreteras pero es acallada con una fuerte represion policial y militar que fortalece al presidente que se refuerza en su retórica negacionista. Su sintonía con los discursos de las derechas, de responsabilizar de la crisis económica a EMA logra una cohesión con los aparatos politicos y mediaticos de las derechas que le dan el aire que necesitaba para continuar con su mandato ante los pedidos de renuncia de varios sectores sociales. Sin embargo, el presidente continuaba respondiendo a las crisis con simples discursos vacíos y hasta contradictorios. Su lógica anacrónica de industrialización en una época en la que el mundo navega ya en la cuarta revolución industrial no recibió el apoyo ciudadano y naufragó en las carencias financieras del Estado sin cumplir sus propios objetivos. Respecto a la crisis institucional o crisis de Estado, LAC no repara en el análisis del estado de situación de las instituciones estatales y presume de una sólida institucionalidad donde todos los órganos del Estado y otras instituciones fundamentales ya muestran evidentes señales de descomposición. Luego de la ruptura interna en el MAS-IPSP y ante una débil convocatoria de un proyecto ambiguo como es el ARC, los servidores públicos que se logró reclutar a todo nivel y en todas las áreas eran cuadros políticos y técnicos de muy bajo nivel profesional e intelectual, lo que acrecentó el grado de ineficiencia e incompetencia para enfrentar la tormenta. La acción desplegada desde el gobierno que mejor sintetiza su estado de situación es la referida a la explotación de litio. Un recurso natural que debía constituirse en una fuente importante de ingresos y desarrollo para el país fue detenido por la incompetencia técnica y la falta de visión política a todo nivel. Pese a todo, LAC no dio señales genuinas de revertir este estado de situación a lo largo de los cinco años.
Ingobernabilidad.
El resquebrajamiento de la bancada parlamentaria.
El 4/11/22 una mala gestión de la bancada del MAS a la hora de pretender elegir el jefe de la bancada y presidente de la Cámara de Diputados sin participación de la dirección nacional del partido, ocasionó una fricción que tendría consecuencias posteriores importantes. A partir de este suceso la desconfianza entre miembros de la misma bancada creció hasta el punto de dividir la bancada entre el EVI y el ARC. El incidente le hizo perder a LAC la mayoría parlamentaria que ostentaba producto de la victoria electoral de 2020, por lo que desde este momento su minoría parlamentaria se inviabilizaría.
Los principales hitos de este elemento fueron: La negativa sistemática de aprobación de leyes en la ALP solicitadas por el OEJ (en especial aprobación de financiamiento externo); Y la censura de ministros en la ALP que derivó en la supresión de la atribución de interpelación parlamentaria realizada por el TCP (con magistrados auto prorrogados).
La mala gestión de la bancada del año 2022 fue el inicio de la ingobernabilidad, cuando a la hora de pretender elegir la jefatura de bancada y presidencias de cámaras, se decide excluir de la toma de decisiones a la entonces legítima dirección nacional del partido MAS-IPSP del que EMA era presidente. Es en este momento que las escaramuzas suscitadas al interior de la bancada parlamentaria del MAS-IPSP, producto de postulaciones impuestas por LAC a jefe de bancada y presidente de la Cámara de Diputados, que se produce el resquebrajamiento de la bancada dejando en minoría parlamentaria a los adeptos de LAC. A partir de este suceso la desconfianza entre miembros de la misma bancada creció hasta el punto de dividir la bancada entre EVI y ARC. LAC con una bancada en minoría al interior de la ALP no podrá aprobar leyes, contratos ni créditos de financiamiento, lo cual sumirá a su gobierno en la ingobernabilidad de la que no podrá salir hasta el fin de su mandato. Esta situación devela el pobre raciocinio político del presidente que promovió la táctica de forzar una presidencia de cámara y una jefatura de bancada afín a él, pero no midió el daño que esto podría ocasionarle a su gestión en la gobernabilidad que tanto necesitaba. Pero su alternativa de solución fue peor, intentó gobernar con magistrados del TCP y del TSJ, lo cual se convirtió en otro rotundo fracaso en la medida en que estos tuvieron que auto prorrogarse en su mandato para ser útiles a la táctica del presidente, generando un rechazo unánime de la población y un agravamiento de la desinstitucionalización. Hasta los últimos días de su gobierno, intentó responsabilizar a el parlamento de su ingobernabilidad pretendiendo inculcar a la población de que la correlación de fuerzas adversas en la ALP era producto de un mero sabotaje y no de su impericia política.
Capítulo 3. Conclusiones
Las conclusiones a las que se arriban según este análisis y en específico para el factor de “el declive del gobierno de LAC” son las siguientes.
Las reivindicaciones del ego
El gobierno que finaliza este 8/11/25, ha fracasado en su intento de posicionar sus principales reivindicaciones que LAC consideró centrales en su estrategia para “salir a delante”. Estas fueron:
• Su perfil académico, y el de todo su gobierno por sobre un perfil político. Con esta imagen intentó liderar una gestión de índole economicista, sobre los supuestos de que su sapiencia académica y su tutela sobre el “modelo económico social comunitario” durante el gobierno de EMA, le permitiría superar todos los obstáculos de su gestión.
• Su visión de un proceso industrializador de Bolivia. Bajo el slogan de sustituir las importaciones, generar empleo y reactivar la economía, LAC impulsó un proceso de construcción de pequeñas industrias estatales.
• Su visión de la renovación de la izquierda boliviana que él encarnaba. Intentó nuclear a la izquierda boliviana y mostrar un renovado rostro de la izquierda del siglo XXI desde dentro del MAS-IPSP, pero sin EMA lo cual le posibilitaría una cómoda reelección.
Las tres tácticas fueron rotundos fracasos a todo nivel lo cual hizo naufragar toda la estrategia de gobierno.
La agenda improvisada
A partir de sus tempranos fracasos, su gestión comenzó a mostrar una línea discursiva y de acción totalmente inesperada que marcaron la agenda nacional y se pueden resumir en los cinco elementos descritos anteriormente:
• la disputa interna,
• el desgobierno,
• la corrupción y el narcotráfico,
• la negación de las crisis,
• y la ingobernabilidad.
El descalabro político de lo que en algún momento se llamó el ARC tendría su punto de inflexión en la tristemente célebre solicitud de expulsión del MAS-IPSP por malos manejos económicos de los aportes de la militancia atribuidos a LAC. Así, estos elementos se constituyeron en el perfil inesperado de su gobierno.
Un estilo sombrío
Un país que ya arrastraba una crisis de Estado circunscrita en una Espiral Descendente, que podía repetir su giro en cualquier momento, requería un gobierno fuerte y con claridades mínimas acerca de soluciones o contenciones que no agraven la situación. Pero la impericia política de LAC ocasionó todo lo contrario, llevando al país a su peor crisis de los últimos 40 años. Los problemas principales que ya tenía Bolivia no fueron resueltos, por el contrario, fueron profundizadas por un presidente cuyo estilo personal de gobierno manifestaba las siguientes características:
• Incapaz de tomar decisiones estratégicas,
• Inepto políticamente
• Ambiguo ideológicamente e
• Ineficaz profesionalmente.
El costoso atrincheramiento
Sus políticas fallidas producto de tácticas mal implementadas originadas en reivindicaciones ilusorias, sumadas a un sombrío estilo personal de gobierno ocasionaron un inusual cataclismo en el país. Pese a ser un proceso paulatino pero sostenido de declive, iniciado desde el mismo comienzo de su mandato, LAC y sus inmediatos seguidores mostraron una tenaz motivación por continuar gobernando aún en condiciones paupérrimas y vergonzosas, prolongando así la crisis en los 5 años de su gestión e implicando efectos que serán más duraderos para la población y las instituciones del país. La táctica del escape hacia adelante con el que respondió a sus crisis internas tendrán un alto costo para Bolivia.
Capítulo 4. Inferencia
Luego de determinar las nociones mencionadas en este análisis, se hace evidente, la conjunción de cuatro síntomas que finalmente esclarecen la motivación principal de la gestión de LAC,
• el claro y temprano fracaso de su estrategia, sus políticas y sus tácticas por sacar adelante al país, debido a la inconsistencia de las mismas, mostrando además un innegable desinterés por recomponer y remediar la acuciante situación económica, política y social que se vivía,
• la deliberada y sistemática evasión a la lucha contra la corrupción en su gobierno, así como su vehemente voluntad de deshacerse de los mecanismos de control que subyacían,
• la justificación manifiestada por el presidente, acerca de las malas acciones de sus familiares, reñidas con la ética de la función pública, dentro de una política de negación de su realidad adversa y ausencia total de autocrítica, sostenida por una fuerte campaña mediática de discursos políticos vacíos, contradictorios, así como engañosos,
• y la enérgica motivación por continuar al mando del gobierno pese a la manifiesta falta de condiciones para proseguir y pese al daño que se le causaba a la institucionalidad estatal.
Estos síntomas son importantes para desmontar hipótesis que en la actualidad se tienen respecto a este tema como los que a continuación se mencionan.
Se “derechizo”. No, porque nunca se posicionó en la teoría, ni en la retórica, ni en la acción política del lado de las derechas, y al fin de cuentas ninguna de sus estrategias políticas y de gestión se materializaron, solo coincidieron algunas de sus tácticas con las de las derechas;
Fue “el peor gobierno de la historia”. Catalogarlo de esta forma encubre las verdaderas características que lo marcaron y marcaron al país, más aún cuando él nunca se planteó ser un gobierno de avanzada, ni tenía preocupación alguna por la excelencia, solo tenía preocupaciones distintas;
“La disputa con EMA fue por liderazgo”. Nunca tuvo una verdadera aspiración de liderar a algún grupo social, solo era un ego engrandecido que buscaba formas de evadir todo tipo de control a sus actos y EMA era su principal escollo.
Finalmente estos síntomas desnudan de forma descarnada la realidad del presidente LAC durante sus cinco años de gestión, en la que: se utilizó todo el aparato del Estado (tribunales, FFAA, PB, medios de comunicación, Órganos del Estado, entre otros) para intentar posicionar una aparente imagen de gobernabilidad y acción política seria, cuando la verdadera motivación personal del presidente era el enriquecimiento económico personal y familiar a partir de la gestión pública, envuelta en una clara operación de manipulación, embaucamiento y timo.
Fin
